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Malta, destellos del Halcón Malte


El Mar Mediterráneo custodia esta isla frente a Sicilia que guarda
vivo el eco de los Caballeros de la Orden de San Juan incrustado en
cada piedra. Aún sigue vivo el enigma del halcón maltés y su misterio
impregnados en cada trozo de arte cuya luz resplandece lánguida y
romántica coincidiendo con la caída de la hoja. Este decorado de
película, que dio vida a “El Código Davinci” (entre otros éxitos de
taquilla), unido a un espacio gourmet que deleita y Gozo, paraíso de
buceadores, forman uno de los conjuntos sobre el mar mejor conservados
del mundo con un lujo de opciones para el ocio.

Al noreste de la isla, Valletta, la capital, recibe imperiosa, pero es
su fascinante estructura urbana la que encierra en cada tramo
empedrado un halo de recato que a medida que cambia la luz toma
dimensiones distintas. La estación otoñal emite una estela de claridad
reposada que susurra historia mientras paseas por su ciudadela, Medina
(antigua capital noble) uno de los ejemplos más señoriales de una
ciudad amurallada medieval.
Se accede a través de un puente levadizo que conduce a un entramado de
calles estrechas, alineado con un sinfín de iglesias, monasterios y
palacios conectados por minúsculas piazzas. Sus fachadas en oro, siena
y almagra con ventanas en forja recuerdan a la vieja escuela italiana
del siglo XV.

Deambular por los rincones de piedra caliza calcárea beige, descubre
caprichosos rincones de piedra asalmonada y el parloteo heredado de su
vecina Italia en un original chapurreo “made in italy “ que se suma a
las reminiscencias árabes intercaladas en su lengua natal, el maltés.
Todo un crisol de culturas heredadas que rubrican con el sabor
british, al hablar Inglés y conducir por la izquierda.

El Halcón y la Orden, entre mandolinas y un “Yes please”

Un clásico en Valletta es la terraza del Café Codina 1837, bajo la
atenta mirada de la estatua de la reina Victoria, lo que invita a
pasar una velada que se debate entre mandolinas y un “Osole Mio” en un
mix con un “Yes Please, no Thank you” cuando pides el café.
Batiburrillo de arte y un eco que conecta inmediatamente con el
edificio de al lado, la Co-catedral de San Juan, exponente máximo de
la Orden de los Caballeros. Mitad barroca, mitad medieval, simboliza
el poder de los antiguos nobles al servicio de la Orden religiosa de
San Juan.Se remonta a una de las más antiguas instituciones de la
civilización occidental y cristiana ya presente en Palestina en torno
al 1050.

De lo que no hay duda es que algo que desde siempre nos ha llamado la
atención es la figura que gira en torno a la nebulosa o poco clara
acepción del “halcón maltés” inmortalizado en numerosas ocasiones en
la gran pantalla. Ese tributo que debían pagar los caballeros de la
Orden a la Corona Española, y consistía en un halcón al año.
Ciertamente era algo simbólico. Lo que distinguía a los Caballeros de
Malta en sí mismos era su compromiso de profundizar en la propia
espiritualidad en el ámbito de la Iglesia y dedicar sus energías al
servicio de los pobres y de los necesitados.

Era y es todavía, una Orden religiosa laica, tradicionalmente militar
y nobiliaria, que entre sus 12.500 miembros. Algunos han pronunciado
la promesa de obediencia. El resto está compuesto por Caballeros y
Damas laicos, todos llamados al ejercicio de la virtud y de la caridad
cristianas. Hoy la Orden está presente en más de 120 países con sus
propias actividades médicas, sociales y asistenciales
Sentimiento profundamente impregnado en el sentir de sus calles que
persigue al caminar por la fisonomía urbana de esta particular isla en
un continuo rememorar histórico. Porque… al hilo de lo eclesiástico
cabe recordar que en Malta existen 367 Iglesias, una para cada día del
año y sobran dos por si uno desea repetir.
Unas vías con sus templos que además concentran un nutrido conjunto de
mercados al aire libre que desembocan en Merchants Street, cruce de
caminos donde se halla el souvenir obligado: la cruz de malta
rubricada en múltiples diseños como anillos, gargantillas y brazaletes
de oro y plata que rememoran la vieja Orden.

Aire marinero y fisonomía gastrononomica

De pronto un aroma dulce… Un tenderete con miel, uno de sus
gastro-tesoros artesanos; que se presenta además junto a un remedio
natural contra la tos: el carob syrub (confeccionado a base de carob,
textura caramelizada con propiedades, miel y limón). Nativos y
foráneos que se enteran del remedio de la abuela, hacen cola para
obtenerlo (dicen que es una fórmula inmediata contra el catarro). En
el puerto viejo del barrio de St Julians, los luzzus, tradicionales
barcazas marineras, salpican el agua con sus colores chillones y se
balancean sobre ella mostrando una llamativa decoración en tonos
verde, rojo y amarillo.
Son un legado inspirado en las antiguas góndolas venecianas que antes
de la peste del siglo XV eran de colores (una plegaria general al
tintarlas de negro fue el agradecimiento al divino para acabar con la
enfermedad).

En plena atalaya portuaria una red de pintorescos restaurantes ofrecen
cocina internacional y local como el guiso de conejo o stuffat
tal-fenek (el plato nacional), o estofado con ajo al vino, con un
sabor salvaje y novedoso para los paladares acostumbrados a la carne
de ternera. La sopa de las viudas es otro plato muy casero, hecho con
huevos, verduras, fideos y queso: ideal para el invierno..

Gozo, puerta del universo submarino

A 16 km por carretera en su franja noroeste, está el puerto
deCirkewwa, donde un ferry en una travesía de veinticinco minutos, 5
€, traslada hasta la cercana isla de Gozo de 32.000 habitantes.
Su capitalVictoria, exhibe su citadella, la bahía con el pueblo de
pescadores de Xlendi en un paisaje que conduce hacia lo agreste y
conecta con un paraíso salvaje de acantilados naturales milenarios
auspiciados sobre el mar de Dwejra. Cobijan la llamada ventana azul,
arcaico montículo de piedra en forma cuadrada en medio del mar, la
puerta de entrada al mundo submarino.
El Zoom de la cámara se ajusta entre los azules y los verdes de forma
prodigiosa. En tierra, el templo neolítico de Ggantija muestra una
extensión de ruinas que condensa los templos dedicados a fertilidad
más antiguos del mundo. Otra imagen de postal.

English in Malta: “one chollo”

Pero si hay algo que llama la atención en esta isla aún sin masificar,
son las llegadas de estudiantes y empresas que a lo largo del año
visitan la isla con un interés didáctico más que lúdico.
“Es más económico estudiar inglés en Malta que en Gran Bretaña”,
señalan en la isla. Empresas y colegios contratan cursos por meses a
buen precio. Pembroke y Sliema, son dos áreas de estudio alejadas del
bullicio de St. Julians y existe un nutrido número escuelas
especializadas en cursos de inglés para todos los niveles en una
atmósfera propicia para la enseñanza.

Fin del viaje. The End.

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